sábado, 31 de agosto de 2013

LA JEQUESA DE QATAR


Nos lo había anunciado nuestra amiga Pilar Ortí. Si viene a visitarme tal y como me prometió en Londres el pasado mes de junio, os la llevaré a comer, pero esta vez no serán arroces, sino el menú de la cocina de los helados. Como Pilar es muy intrépida, requisito imprescindible para ser viajera, no nos extrañó nada que Sheika Mozah bint Nasser Al Missned, apareciera cualquiier día por la puerta, pulcra y sexy a la vez, con la cabeza tapada por un discreto hiyab que la ha hecho reconocible en el mundo entero.
¿Que de qué conoce Pilar Ortí a la jequesa, desde el 26 de junio ex-jequesa de Qatar? Vayan ustedes a saber. Según ella, se la encontró a mediados de junio en Londres en Grosvenor Square, pasaeando a sus caniches grises una tarde que por fín había dejado de llover. En Grosvenor Square se encuentra la embajada norteamericana, pero el edificio es uno de los muchos bienes raices que la familia real qatarí posee en Londres, al igual que los famosos almacenes Harrods.
Pilar la reconoció inmediatamente no sólo por su peculiar estilismo, su cara sin una sola arruga y su accesorio estrella, el turbante, sino porque le pidió en un inglés muy british fuego. Pilar hace años que no fuma y no la pudo ayudar, pero el gesto de la jequesa sirvió para que nuestra amiga iniciara una conversación con tan ilustre dama. Así pudo saber de primera mano y mejor vocabulario la que se avecinaba en Qatar.  Que el emir, su esposo presentaría en cuestión de días su abdicación en favor del segundo hijo que ha tenido con Mozah, segunda de las tres esposas.
Bueno, esta es la historia que de su encuentro nos ha relatado nuestra amiga, aunque quizás dentro de un tiempo la cambie por otra más interesante. Lo bien cierto es que entre las dos mujeres se estableció una corriente de amistad y empatía aquella tarde londinense y Pilar la invitó a visitarla a su recién reformada casa de La Eliana.
En resumidas cuentas, es que la ya ex-jequesa cumplió su palabra y a principios de esta semana se presentó de incógnito y sola en el aeropuerto de Manises, apenas la delataba su inseparable turbante y su estilo difícil de pasar desapercibido.
Una diputada nacional, una profesora de la Facultad de derecho, una periodista digital, una poetisa, una empresaria del textil, una catedrática jubilada, otra periodista de Canal 9, una ex-estudiante Erasmus y una señora encantadora que tiene casa en Zaragoza, cerca de El Plata, compartieron con tan excelentísima dama una comida entrañable y divertida que terminó entonando coplas, boleros... Si tú me dices ven, lo dejo todo.
Les puedo asegurar que Sheika Mozah bint Nasser Al Missned es una mujer encantadora que se hace querer, muy hermosa y muy accesible, que disfrutó con un menú degustación a base de helados y hasta se atrevió a probar los buenos caldos de la Bodega Arraez de Fuente la Higuera. No creo que Alá se lo tenga en cuenta.
Y es que lo que no se le ocurra a nuestra amiga Pilar....







martes, 27 de agosto de 2013

LA COCINA DE LOS HELADOS

¿Les anuncié que hablaríamos de Catalina de Médicis, una reina por la que siento debilidad, que supo transformar sutilmente la cocina de los franceses? No solo se llevó de su pais las costumbres renacentistas. sino también parte de los cultivos toscanos, como la alcachofa, quizás para que le supiera menos amargo el trono francés.
Y para resistir la que se le avecinaba, tal vez presagiando su relación con  Diana de Poitiers, convirtió al helado en "plato de resistencia, su llamado "plato secreto" el día de su boda con Enrique II de Francia.
Catalina llevó consigo, desde Florencia, una tropa de reposteros y "hacedores de helados". Parece ser que así pensaba ganarse la voluntad de su real esposo.
Sin embargo, aunque en esto de los helados, los italianos siempre fueron unos maestros, fue un español, el doctor Blas de Villafranca, quien en 1550 posibilitó la producción masiva de helados al inventar el medio de congelar la crema, añadiendo sal gema al hielo troceado. De esta manera se abarataba el producto y se pudo generalizar su consumo entre las capas sociales más populares. 
Sin embargo, cuando hablamos de placer, aunque sea gastronómico, como diría Don Quijote, Sancho, con la iglesia hemos topado, puesto que desde el púlpito se levantaron voces criticando a quienes regalan y miman el cuerpo bebiendo con hielo dulce, poniendo así en peligro las almas.
Una se va haciendo mayor y aunque pierda en el camino algunas cosas, va llenando las alforjas de experiencias y momentos vividos.
Las tardes de verano en Paiporta, junto a mi iaia y el resto de vecinas cosiendo y bordando el tedio infantil hasta que llegaba el polero con su carrito y llenaba los pitxers  de cibà y si había suerte un cucurucho caía de más. Los helados de la primera juventud, cuando no hay más que tomar que sonrojo y timidez delante de un chico. Aquel fresa y chocolate en el Copelia de La Habana, mientras Joan Roig me contaba por qué le fascina tanto esa ciudad.
Así se pueden convertir las experiencias en parte de las referencias del artista y de la misma manera que la intertextualidad le sirve al pintor y al escritor, también le sirve al artesano, sea heladero o cocinero creativo.
A siete años se eleva ya la cooperación entre el maestro heladero Felix Llinares y Rubén Ruiz Vilanova, jefe de cocina de La Matandeta. Donde la juventud y creatividad de uno diseña platos e imagina paladares, el otro aporta técnica y experiencia.
¿Qué les parece mojar pan en los restos de un helado de morcilla que acompañó a unas patatas a lo pobre?, ¿O un helado de allipebre para acompañar a su propio crujiente? ¿Prefieren un Almusafes con helado de cebolla tierna frita para refrescar el almuerzo del verano?
La locura culinaria se convierte en ferviente imaginación al servicio de paladares atrevidos. Quién dijo vainilla con nata, habiendo tanta laguna para edificar nuevas invenciones.
La Cocina de los Helados y sus VII Jornadas Gastronómicas en el Restaurante La Matandeta hasta el próximo 1 de septiembre.
Aunque ya saben, a los artistas siempre se les pueden reclamar bises.







sábado, 10 de agosto de 2013

LA VIDA SIN UN SMARTPHONE

Otra de las cosas que me ha chocado a mi vuelta de la Francia de los franceses es la necesidad que se nos ha creado a los españoles de estar constantemente conectados a Internet a través del móvil. ¿Por qué escribo Internet con mayúscula? No lo sé, será el inconsciente, que no el subconsciente. Pero todo el  mundo anda con el Smartphone y el que no lo hace es un Gil como yo. 
Me acuerdo que hace diez años le pedías a Rafa Gálvez que se llevara el móvil cuando salía de La Matandeta por si tenías necesidad de un kilo de patatas inesperadas o decílitro de auténtico aceite con aroma a frambuesas y te contestaba que él no consentía que la vida se la controlase un teléfono. Ahora es incapaz de subirse al coche y atraversar la verja si no se lleva su smarthphone. Parece que nos ha alcanzado el síndrome al miedo de perdernos algo.
El Sumum fue cuando preparamos la fiesta sorpresa de su 50 cumpleaños. Esa si que la hicimos grande. A pesar de trabajar en La Matandeta y pasasrse todo el día metido aquí, conseguimos que Chema Delgado, que trabajaba entonces para unas bodegas de Requena, operase de señuelo.
Cuando llegaron a casa, habían más de cien personas esperando a Rafa para festejar con él su cincuenta cumpleaños. Lo primero que se le ocurrió hacer, antes de verlos y ante mis recriminaciones (de mentira) fue estampar su móvil contra una pared. ¿Por qué llegas tan tarde? ¿Y para qué tenía un móvil, no podrías haberme llamado?La fiesta fue impresionante y Rafa Gálvez se llevó la mayor sorpresa de su vida. Lo que ocurrió a las tres de la madrugada en nuestra cama, ni les cuento.
Cualquier día de estos nos radian o televisan nuestra vida a través del Smartphone y yo ni siquiera me entero de que ya me he muerto. Hoy por supuesto que no hay foto. 

martes, 6 de agosto de 2013

LECHE CON COLA CAO

Uno de los placeres de haber vuelto a casa, fue volver a recoger a mi nieto al colegio. El niño presume de abuela, que se marchó a hacer la Francia y a mí se me cae la baba de verlo salir con la sonrisa en la boca. He pasado a saludar a su profesora. Una mujer encantadora a la que se le nota que disfruta con su trabajo. Me invita a sentarme en una de las sillitas de sus jóvenes alumnos y envía a Manuel a la clase de al lado. Ya sabes que cuando hablo con los papás, las aias y los abuelos, vosotros nunca estáis delante.
La maestra de Manuel empieza por enumerarme los muchos progresos que ha hecho el niño desde el punto de vista de los conocimientos: A pesar de ser el más pequeño de la clase, puesto que nació el 2 de diciembre y tiene compañeros que lo hicieron en el mes de enero y a los que les saca prácticamente un año de diferencia, el niño ha aprendido a leer y escribir correctamente, es trabajador y le gusta aprender y adquirir nuevos conocimientos,
Pero... el niño se comporta emocionalmente como si tuviera tres años:  Le entran rabietas, constantemente quiere llamar la atención, se enfada y se pelea, siempre quiere estar jugando. En definitiva, el niño no sabe qué hacer con sus emociones. Mientras la señorita de Manuel habla y habla sobre el comportamiento que tiene mi nieto con sus emociones, yo llego a la conclusión de que no sé si me está hablando de mi hija, o de mí misma. Porque a pesar de mis cincuenta y dos años, yo nunca sé que hacer con mis emociones. La única forma que tengo de neutralizarlas consiste en escribir sobre ellas.
La maestra de Manuel me deja muy preocupada y decido convertir al niño adorado que tengo por nieto, en un sujeto digno de estudio psicopedagógico.
Rafa Gálvez, tras escuchar mis elucubraciones me pregunta si no tengo nada más interesante en la vida con qué calentarme la cabeza. Y yo le digo que sí, con la crisis, pero ya estoy harta de ella.
Me voy a comer con mi amiga, la periodista Maite Comins, que además de estar exultante porque está trabajando en la promoción mensual  de los Parques Naturales de la Comunidad Valenciana, me cuenta que colabora con un amigo que ha patentado  un programa informático sobre la detección precoz del fracaso escolar. Me entran ganas de decirle que se lo aplique directamente a mi nieto, a ver si algún día será catedrático en paro o ingeniero a la fuga de este país. Pero como decidí volver muy moderada a mi país, sólo me intereso en saber cómo funciona el estudio. Se trata de una serie de tests que deben responder los padres, y los maestros si quieren. Se hacen preguntas de  si el niño, entre dos y quince años, ha padecido otitis o pesadillas. Si pronuncia bien todas las palabras. Toda mi vida he padecido de pesadillas y siempre saqué muchas matrículas. Mi nieto dice Mardit y pierda. Pero pronuncia correctamente Tríodos y Drag Queen.
Vienen a comer Nieves y Alfonso, un matrimonio interesante y encantador. Sus dos hijos, investigadores, se han tenido que marchar a Alemania para poder trabajar. Le cuento a  Nieves, maesra de francés jubilada, las elucubraciones que me consumen y me inquietan. Ella me consuela diciéndome que en estos momentos en la enseñanza  hay protocolos para todo;  A partir de tal edad, ya no pueden dormir en la cama de los padres, tienen que vestirse solos, comer en su plato, hacer sus deberes solos.
La inteligencia emocional de Daniel Goleman llegó a los escuelas españolas.
Yo sigo con mis inquietudes, ya sé que no soy una madre, sino una abuela que pretende documentarse. Llega mi amigo Joan Ribera, padre soltero, su hijo, Santi y Manuel se llevan apenas días de vida. Le cuento mis zozobras, a ver si voy a tener un nieto ... Entonces Joan me suelta el siguiente relato: Él trabaja a turnos, es padre soltero, además está en cuarto de Lenguas Modernas y se ha sacado un grado de formación profesional por si se lo exigen en el trabajo... Por no hablar de los problemas de salud de su padre. Un día que volvía de una guardia de veinticuatro horas, lo citó la señorita de su hijo: El niño dice que no duerme solo, sino en tu cama, que todavía se toma la leche de la mañana en biberón, que.... Qué quieres que tu hijo no sepa resolver solo sus emociones y el día de mañana no llegue a Universidad.
Joan no entendía nada, de lo que le estaban diciendo. Se levanta a las siete de la mañana y en una hora tiene que tener resueltos un montón de problemas: Hacer sus necesidades fisiológicas y que las haga el niño, arreglar la casa, darle el desayuno y salir pitando, cada uno a sus quehaceres.
Joan coge a Santi y le dice: ¿Cuándo la señorita te pregunte en qué cama duermes, qué tienes que responder? En la mía.
¿Y cuando quiera saber dónde te tomas la leche con Cola Cao, qué le dirás? En un vaso de cristal.
Muy bien, hijo mío, asunto resuelto.



sábado, 3 de agosto de 2013

LA BODA DE MARÍA

Me hubiera encantado acabar  el mes de junio en la Provenza. Ahora que había dejado de llover, terminado las clases, conseguido buenas notas y había tanta gente que me invitaba a su casa.
A pesar de las muchas veces que he estado en la Provenza, antes y ahora, nunca he visto los campos de lavanda florecidos. Eso acontece a mediados del mes de julio.
Pero teníamos una cita ineludible: el 6 de julio, María, la hija de mi amiga del alma, celebraba su boda en nuestro restaurante, La Matandeta. A María la vimos, por primera vez, una víspera de Navidad, solo tenía un día de vida. Fue un hermoso regalo, rubia y de ojos azules, para sus padres. Su madre y yo nos habíamos conocido con siete años en las puertas del Colegio Sedaví.
Aprovechando que la ocasión la pintan calva, y que el novio de María, Alberto, es escayolista le propusimos que nos arreglara el techo del comedor amarillo, un tanto maltrecho después del terremoto de hace un año cuyo epicentro se situó en Lugar Nuevo de la Corona.
Alberto tiene inscrita en la mirada su condición de buena persona, vino el sábado 22 con su primo José y el andamio prestado del vecino Juan Alberto, agricultor y padrino de pila de la novia.
Pero se nos ocurrió entonar la canción Y ya que estamos....
Y ya que estamos.... Picaremos la humedad de las paredes, las rellenaremos de megafino y volveremos a pintar el comedor de la entrada.
Y ya que estamos... Pintaremos la terraza de un azul Santorini y mediterráneo que hará más juego con los manteles provenzales que nos trajimos.
Y ya que estamos... Pintaremos las paredes del pasillo de la parra que da al parking.
Y ya que estamos... Construiremos nuevas jardineras.
Y  ya que estamos... Cambiaremos los cuadros, los muebles y las mesas de lugar, le daremos otro aire al conjunto.
Y ya que estamos... La cara de la novia era todo un poema. Dos semanas para darle la vuelta a la mitad de nuestra historia. La más tranquila, su madre. Sabía que esta prueba era  imposible que nos la suspendieran. Es más, le envié recado de que íbamos a por matrícula de honor, directamente y sin competencia.
Aquí se ha implicado emocionalmente todo el mundo. Inma, tía de la novia se ocupará de la decoración de las mesas, el arroz será el protagonista. La novia es hija y nieta de arroceros. El primer día que nos vemos, Inma me presenta a su novio, Diego, que lo primero que se le ocurre decirme es que las becas Erasmus no sirven absolutamente para nada, mejor que las suprimieran. Pero yo no he vuelto beligerante. La que marchó de aquí hace un año y yo, aún siendo las mismas, hemos cambiado y nos cuesta reconocernos. No tengo ganas de discutir con nadie, solo de observar, sin que se den cuenta de que lo hago.
Ha pasado ya una semana. El comedor amarillo está arreglado. Hemos quitado cosas, aligerado el ambiente, dado tranquilidad y desahogo, así nos los hacen ver los primeros clientes que aprecian el cambio.
La segunda semana, seguimos por fuera, contra reloj. Rubén, tú a la cocina. El protagonismo será de los novios y tuyo. Y de Helena, por supuesto, que lleva al límite su creatividad.
Víspera de la boda. Las nueve de la noche y rellenando jardineras con la ayuda del padrino Juan Alberto.
Al Mou, que hace quince días que lo tenemos de albañil y pintor, mañana le toca cubrir la guardia junto a los fogones. Nos gusta la gente con recursos.
No sé qué pasó en la iglesia de Sedaví. El cura, un ataque de celos. Los Melomans que se pierden y no saben dónde ubicarse.
La sonrisa de la madre de María y mis nervios podrán con todo.
Plato estrella, después de tan largo aperitivo y de una ensalada de mariscos, crustáceos y arroz aromatizado con cítricos, pierna de cabrito asada con salvia, patata gratinada y brunoisse de verduras. El secreto culinario: Asar al horno, después de salpimentar la pierna, digo asar al horno con agua, salvia y ajo. Un chorrito de soja imprescindible. ¿Qué tienen que ver el ajo y la soja? ¿El Mediterráneo y el Lejano Oriente? No lo sé, pero el resultado les sorprenderá.
Son las seis y media de la noche. No, de la madrugada. No, de la mañana. Todo el mundo se ha marchado. Aquí, despiertas solo quedamos Helena y yo.
Mi hija ha caido en la cuenta de que la familia de Mari Carmen Minguet está muy unida y son como una piña. Yo lo he sabido siempre. ¿Y eso cómo se consigue, mamá? Hija, hacen falta generaciones para ello.
Mi amiga del alma me hizo el mejor regalo, aunque sé que no el único, que me podía hacer: Celebrar la boda de su hija en nuestra casa, La Matandeta y confiar en nosotros.























jueves, 1 de agosto de 2013

LA VIDA SIGUE IGUAL

¿Por qué Catalina de Medicis se marchó a Francia y entre otras exigencias demandó las alcachofas en sus menús palaciegos? ¿Por qué hay gente que no soporta el flan de huevo y sin embargo está enamorada de la tortilla, cualquier clase de tortilla con tal de que lleve huevo?
¿Qué pasa cuando creemos que todo ha terminado y sin embargo tenemos ganas de volver a empezar?
Les escribí y les conté mi vida y mis experiencias desde la Provenza. De mi terapia estudiantil y de mis ganas de conocer mundo, personajes y situaciones.
Me encanta escribir, observar la vida que me rodea y sobre todo los personajes, como escapados de libros que andan por ahí. La realidad siempre supera la ficción.
Ahora he vuelto a mi casa, La Matandeta, un lugar heredado de mis padres y que hace veintidós años, mi marido y yo convertimos en restaurante, único y singular en el marjal del arroz del Parque Natural de la Albufera. He vuelto a mi casa, después de un año de estudiante Erasmus en la Universidad Aix-en -Provence.
Me gusta observar la vida y sus personajes, a ser posible desde cualquier parte del mundo. A ser posible lo haré a partir de ahora, y durante un largo período de tiempo, desde nuestra casa La Matandeta, un lugar al que cuando era pequeña nunca quería ir, y que sin embargo se convirtió en mi cuartel general y mi lugar  de regreso. Helena, Rubén y Manuel tienen gran culpa de ello.
Pienso hablarles de las gentes que pasan por aquí, de sus vidas y sus recetas para seguir cruzando la historia de las pequeñas cosas. Pienso contarles qué me inspira y qué me hace la existencia soportable y por qué me sigo riendo a mandíbula batiente. Por qué me gustan los relatos y las historias. Y las recetas, sobre todo las recetas de cocina. En el resto de la vida, es difícil darlas y sobre todo, formularlas.